José
Álvarez Sáenz de Buruaga, historiador, arqueólogo y académico.
Nació en Vitoria en 1916 y murió en Mérida (Badajoz) en 1995 a los
79 años de edad. Pasó gran parte de su vida profesional en Mérida.
Fue
durante 40 años director del Museo de Mérida e impulsor de la
creación del actual Museo Nacional de Arte Romano así como impulsor
de la arqueología emeritense.
Durante
los largos años que permaneció en Mérida, se ocupó de la puesta
al día y potenciación del patrimonio arqueológico emeritense,
realizando enojosos trámites burocráticos destinados a la
recuperación, mediante expropiación forzosa, de amplios solares
urbanos que fueron arañados a la inmisericorde especulación
urbanística de los años sesenta y setenta.
Familia
Nació
en el seno de una familia de acomodados comerciantes, de ascendencia
asturiana por parte de padre (José Álvarez Abellán), y de rancia
estirpe vasca por la madre (Pilar Sáenz de Buruaga y Gamara). Estuvo
casado con Carmela Martínez Finch. Tuvo dos hijos; José María y
Jesús. Su hijo José María Álvarez Martínez, es aquéologo
también y se hizo cargo de la dirección del Museo Nacional de Arte
Romano en 1986, tras la jubilación de su padre.
Formación
Estudió
el bachillerato en el colegio de los Sagrados Corazones de Vitoria, y
luego estudió en Zaragoza la carrera de Filosofía y Letras, sección
de Historia.
Investigación
Su
estudios universitarios le permitieron profundizar en el mundo de la
investigación arqueológica, con la que tanto había soñado durante
sus años de activa pertenencia a las Sociedades de Excursionistas,
tan pujantes en la cultura vasca.
Guerra
Civil (1936/39)
Como
tantos jóvenes españoles, vio truncadas sus expectativas con el
inicio de la larga y fratricida guerra civil iniciada en el verano de
1936, permaneciendo durante casi toda ella en el servicio sanitario
ferroviario.
Funcionario
Una
vez concluida la guerra civil en 1939, reanudó sus estudios y
consiguió la licenciatura que le permitió opositar al Cuerpo
Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos, ganando su
plaza en 1940, con solo veinticuatro años.
Inicios
profesionales
Su
primer destino fue Gerona donde, cautivado por los singulares
yacimientos prehistóricos, se ocupó especialmente en la creación
de la Sección de Prehistoria y Arqueología del museo gerundense,
coincidiendo allí con otros grandes arqueólogos,
Su
actuación, precisa y meticulosa, fue inmediatamente reconocida por
el entonces inspector nacional de Museos, Joaquín María Navascués
y de Juan, quien lo reclamó para ir a Madrid en 1942, para cubrir
plaza en el Museo Arqueológico Nacional.
Estancia
en Mérida
Su
estancia en Madrid fue corta, porque le propusieron un nuevo reto:
marchar a un lugar alejado, de provincias: Mérida, la antigua
Augusta Emerita, y poner en orden los fondos de su viejo Museo
Arqueológico, procedentes en buena medida de las grandes campañas
arqueológicas que durante varios decenios habían desarrollado,
entre otros, los famosos arqueólogos José Ramón Mélida y
Maximiliano Macías.
Concluyó
este encargo, hacia 1944, con un primer recuento que alcanzó la nada
desdeñable cantidad de 4.325 objetos, regresó a principios de 1945
a su ansiada plaza en Madrid, pero había sido seducido por el
impacto del conjunto monumental emeritense, y por su esposa Carmela,
que era natural de Mérida, por lo que acabó permutando su codiciado
destino madrileño, para trasladarse de forma definitiva a Mérida.
Relevancia
Estuvo
más de cuarenta años al frente del museo de Mérida y a pesar de
los pocos medios disponibles que tenía en aquellos momentos, se
ocupó de la instalación digna de los restos arqueológicos en el
único lugar disponible, la iglesia de Santa Clara, así como de la
ordenación de los fondos museísticos y de la ampliación, en lo
posible, de las instalaciones, realizando importantes mejoras con
motivo de la celebración en Mérida del XI Congreso Nacional de
Arqueología, y pocos años después con la inauguración de la sala
que ocupaba la Colección Paleocristiana y Visigoda.
Museo
Nacional de Arte Romano
Sáenz
de Buruaga batalló incansablemente en busca de una nueva sede que
acogiera dignamente la cada vez más floreciente colección
arqueológica emeritense. Su labor cristalizó en la configuración
de un importante museo, con colecciones de primer orden que en 1975
hicieron merecedora a la institución de alcanzar la categoría de
nacional y de contar, desde 1986, con un gran edificio, obra del
arquitecto Rafael Moneo, que fue la sede del Museo Nacional de Arte
Romano, inaugurada por SS. MM. los Reyes de España el 19 de
septiembre de 1986, apenas unos pocos meses después de su
jubilación.
En
este museo se explica en buena parte del proceso de Romanización de
Hispania, y a la vez es la sede de un reconocido centro de
investigación del pasado romano peninsular, y es donde radica la
Fundación de Estudios Romanos.
Conjunto
Monumental Emeritense
A
Sáenz de Buruaga se debe, en buena medida, la configuración del
Conjunto Monumental Emeritense que existe en la actualidad, al
inscribir dentro del citado conjunto a elementos tan señeros como:
la casa romana del anfiteatro, la casa romana del Mithraeum, la casa
romana de la Huerta de Otero, los columbarios, el área del templo de
Diana, el arco de Trajano o las murallas de la alcazaba árabe.
Cargos
públicos
-
Entre 1969 y 1979, fue también el director de las Excavaciones
Arqueológicas de Augusta Emerita, supervisando, siempre con más
entusiasmo que medios, las numerosas prospecciones de urgencia que el
desarrollo urbanístico de la ciudad imponía, además de programar
sendas campañas de excavaciones en el entramado urbano de la misma y
en los principales monumentos.
Fueron
especialmente intensas las realizadas en la alcazaba árabe, circo
romano, casa romana de la calle Suárez Somonte, villa romana de las
Tiendas, pórtico del Foro Colonial, ermita de El Calvario, etc.
-
Desde 1963, y hasta su jubilación en 1985, se ocupó, por
designación ministerial, de la Secretaría del organismo encargado
de velar por la salvaguarda del patrimonio emeritense, el Patronato
de la Ciudad Monumental de Mérida, poniendo las bases de un modelo
de gestión moderna y eficaz de los recursos económicos que en la
actualidad ha fructificado en el nuevo Consorcio de la Ciudad
Monumental Histórica y Arqueológica de Mérida, y desde donde se
siguieron con especial atención las actuaciones de recuperación y
consolidación de monumentos tan emblemáticos como el propio Teatro
Romano emeritense, el Conventual Santiaguista, el Templo de Diana,
los acueductos emeritenses, las casas romanas, o la Basílica de Casa
Herrera.
-
Durante más de treinta años, y hasta su segregación en 1974 del
Museo de Mérida, fue director del Museo Arqueológico Provincial de
Badajoz,
Ocupó
entre 1947 y 1983 la plaza de director de la Biblioteca Pública
Municipal de Mérida y de su Archivo Histórico.
Fue
también consejero provincial de Bellas Artes de Badajoz, y de la
Junta Nacional de Museos.
Publicaciones
y divulgación
En
su faceta museológica, no se limitó a redactar más de treinta mil
cédulas de Inventario General, sino que además se preocupó
especialmente de la dotación de fondos bibliográficos para la
biblioteca del museo, muchas veces acudiendo al mecenazgo privado,
hasta convertirla en la más importante biblioteca de temática
romana de la Península Ibérica, impulsando además la labor de
difusión del centro con publicaciones periódicas, como las
Monografías Emeritenses.
Academias
-
Fue nombrado académico de número de la Real Academia de Extremadura
de las Artes y las Letras,
-
Correspondiente de la Academia de la Historia,
-
Miembro de mérito de la Academia de Doctores de Madrid,
Reconocimientos
honoríficos
- Fue cronista oficial de Mérida
- En 1980 fue distinguido como hijo adoptivo de Mérida
- Medalla de Oro de la Provincia de Badajoz,
- Encomienda de Alfonso X el Sabio
- Orden de las Palmas Académicas de Francia.
- Dos años después de su muerte, varias instituciones de la ciudad erigieron un monumento en su memoria, en bronce, ubicado en el jardín de la iglesia de Santa Clara, su lugar de trabajo durante tantos años.
Autor: Feliciano Robles
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