jueves, 21 de marzo de 2019

José Álvarez Saenz de Buruaga



José Álvarez Sáenz de Buruaga, historiador, arqueólogo y académico. Nació en Vitoria en 1916 y murió en Mérida (Badajoz) en 1995 a los 79 años de edad. Pasó gran parte de su vida profesional en Mérida.
Fue durante 40 años director del Museo de Mérida e impulsor de la creación del actual Museo Nacional de Arte Romano así como impulsor de la arqueología emeritense.
Durante los largos años que permaneció en Mérida, se ocupó de la puesta al día y potenciación del patrimonio arqueológico emeritense, realizando enojosos trámites burocráticos destinados a la recuperación, mediante expropiación forzosa, de amplios solares urbanos que fueron arañados a la inmisericorde especulación urbanística de los años sesenta y setenta.

Familia

Nació en el seno de una familia de acomodados comerciantes, de ascendencia asturiana por parte de padre (José Álvarez Abellán), y de rancia estirpe vasca por la madre (Pilar Sáenz de Buruaga y Gamara). Estuvo casado con Carmela Martínez Finch. Tuvo dos hijos; José María y Jesús. Su hijo José María Álvarez Martínez, es aquéologo también y se hizo cargo de la dirección del Museo Nacional de Arte Romano en 1986, tras la jubilación de su padre.

Formación

Estudió el bachillerato en el colegio de los Sagrados Corazones de Vitoria, y luego estudió en Zaragoza la carrera de Filosofía y Letras, sección de Historia.

Investigación

Su estudios universitarios le permitieron profundizar en el mundo de la investigación arqueológica, con la que tanto había soñado durante sus años de activa pertenencia a las Sociedades de Excursionistas, tan pujantes en la cultura vasca.

Guerra Civil (1936/39)

Como tantos jóvenes españoles, vio truncadas sus expectativas con el inicio de la larga y fratricida guerra civil iniciada en el verano de 1936, permaneciendo durante casi toda ella en el servicio sanitario ferroviario.

Funcionario

Una vez concluida la guerra civil en 1939, reanudó sus estudios y consiguió la licenciatura que le permitió opositar al Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos, ganando su plaza en 1940, con solo veinticuatro años.

Inicios profesionales

Su primer destino fue Gerona donde, cautivado por los singulares yacimientos prehistóricos, se ocupó especialmente en la creación de la Sección de Prehistoria y Arqueología del museo gerundense, coincidiendo allí con otros grandes arqueólogos,
Su actuación, precisa y meticulosa, fue inmediatamente reconocida por el entonces inspector nacional de Museos, Joaquín María Navascués y de Juan, quien lo reclamó para ir a Madrid en 1942, para cubrir plaza en el Museo Arqueológico Nacional.

Estancia en Mérida

Su estancia en Madrid fue corta, porque le propusieron un nuevo reto: marchar a un lugar alejado, de provincias: Mérida, la antigua Augusta Emerita, y poner en orden los fondos de su viejo Museo Arqueológico, procedentes en buena medida de las grandes campañas arqueológicas que durante varios decenios habían desarrollado, entre otros, los famosos arqueólogos José Ramón Mélida y Maximiliano Macías.
Concluyó este encargo, hacia 1944, con un primer recuento que alcanzó la nada desdeñable cantidad de 4.325 objetos, regresó a principios de 1945 a su ansiada plaza en Madrid, pero había sido seducido por el impacto del conjunto monumental emeritense, y por su esposa Carmela, que era natural de Mérida, por lo que acabó permutando su codiciado destino madrileño, para trasladarse de forma definitiva a Mérida.

Relevancia

Estuvo más de cuarenta años al frente del museo de Mérida y a pesar de los pocos medios disponibles que tenía en aquellos momentos, se ocupó de la instalación digna de los restos arqueológicos en el único lugar disponible, la iglesia de Santa Clara, así como de la ordenación de los fondos museísticos y de la ampliación, en lo posible, de las instalaciones, realizando importantes mejoras con motivo de la celebración en Mérida del XI Congreso Nacional de Arqueología, y pocos años después con la inauguración de la sala que ocupaba la Colección Paleocristiana y Visigoda.

Museo Nacional de Arte Romano

Sáenz de Buruaga batalló incansablemente en busca de una nueva sede que acogiera dignamente la cada vez más floreciente colección arqueológica emeritense. Su labor cristalizó en la configuración de un importante museo, con colecciones de primer orden que en 1975 hicieron merecedora a la institución de alcanzar la categoría de nacional y de contar, desde 1986, con un gran edificio, obra del arquitecto Rafael Moneo, que fue la sede del Museo Nacional de Arte Romano, inaugurada por SS. MM. los Reyes de España el 19 de septiembre de 1986, apenas unos pocos meses después de su jubilación.
En este museo se explica en buena parte del proceso de Romanización de Hispania, y a la vez es la sede de un reconocido centro de investigación del pasado romano peninsular, y es donde radica la Fundación de Estudios Romanos.

Conjunto Monumental Emeritense

A Sáenz de Buruaga se debe, en buena medida, la configuración del Conjunto Monumental Emeritense que existe en la actualidad, al inscribir dentro del citado conjunto a elementos tan señeros como: la casa romana del anfiteatro, la casa romana del Mithraeum, la casa romana de la Huerta de Otero, los columbarios, el área del templo de Diana, el arco de Trajano o las murallas de la alcazaba árabe.

Cargos públicos

- Entre 1969 y 1979, fue también el director de las Excavaciones Arqueológicas de Augusta Emerita, supervisando, siempre con más entusiasmo que medios, las numerosas prospecciones de urgencia que el desarrollo urbanístico de la ciudad imponía, además de programar sendas campañas de excavaciones en el entramado urbano de la misma y en los principales monumentos.
Fueron especialmente intensas las realizadas en la alcazaba árabe, circo romano, casa romana de la calle Suárez Somonte, villa romana de las Tiendas, pórtico del Foro Colonial, ermita de El Calvario, etc.
- Desde 1963, y hasta su jubilación en 1985, se ocupó, por designación ministerial, de la Secretaría del organismo encargado de velar por la salvaguarda del patrimonio emeritense, el Patronato de la Ciudad Monumental de Mérida, poniendo las bases de un modelo de gestión moderna y eficaz de los recursos económicos que en la actualidad ha fructificado en el nuevo Consorcio de la Ciudad Monumental Histórica y Arqueológica de Mérida, y desde donde se siguieron con especial atención las actuaciones de recuperación y consolidación de monumentos tan emblemáticos como el propio Teatro Romano emeritense, el Conventual Santiaguista, el Templo de Diana, los acueductos emeritenses, las casas romanas, o la Basílica de Casa Herrera.
- Durante más de treinta años, y hasta su segregación en 1974 del Museo de Mérida, fue director del Museo Arqueológico Provincial de Badajoz,
Ocupó entre 1947 y 1983 la plaza de director de la Biblioteca Pública Municipal de Mérida y de su Archivo Histórico.
Fue también consejero provincial de Bellas Artes de Badajoz, y de la Junta Nacional de Museos.

Publicaciones y divulgación

En su faceta museológica, no se limitó a redactar más de treinta mil cédulas de Inventario General, sino que además se preocupó especialmente de la dotación de fondos bibliográficos para la biblioteca del museo, muchas veces acudiendo al mecenazgo privado, hasta convertirla en la más importante biblioteca de temática romana de la Península Ibérica, impulsando además la labor de difusión del centro con publicaciones periódicas, como las Monografías Emeritenses.

Academias

- Fue nombrado académico de número de la Real Academia de Extremadura de las Artes y las Letras,
- Correspondiente de la Academia de la Historia,
- Miembro de mérito de la Academia de Doctores de Madrid,

Reconocimientos honoríficos
  • Fue cronista oficial de Mérida
  • En 1980 fue distinguido como hijo adoptivo de Mérida
  • Medalla de Oro de la Provincia de Badajoz,
  • Encomienda de Alfonso X el Sabio
  • Orden de las Palmas Académicas de Francia.
  • Dos años después de su muerte, varias instituciones de la ciudad erigieron un monumento en su memoria, en bronce, ubicado en el jardín de la iglesia de Santa Clara, su lugar de trabajo durante tantos años.




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