sábado, 26 de enero de 2019

Luis Alvarez Lencero




Luis Álvarez Lencero, poeta y escultor. Nació en Badajoz en 1923 y murió en Mérida en 1983 a los 60 años de edad.
Álvarez Lencero, contribuyó de una manera especial a potenciar la cultura popular de Extremadura. Se destacó porque amaba al pueblo y luchaba por él. Su poesía estuvo centrada en temas humanos y pretendía también llevar un mensaje particular a todo el que sufre.

Familia

De procedencia campesina, pasó la mayor parte su infancia en una finca extremeña bajo la tutela de uno de sus abuelos. No se le conoce descendencia.

Escultor

Como escultor trabajó básicamente con esculturas de hierro. En Madrid, realizó una exposición con 32 esculturas. Sus obras escultóricas más destacadas fueron Juan Pueblo, Juan Asco, y Vietnam. Actualmente la escultura Vietnam, está ubicada, después de varios traslados, sobre alto pedestal, en una glorieta de la Avenida de los Rosales, de Mérida.

Inicios poéticos

Sus primeros versos se empezaron a conocer cuando acudía a Radio Badajoz o a las tertulias de Esperanza Segura o de la Sociedad Económica, en las que alternaba con Jesús Delgado Valhondo, Manuel Pacheco y Manuel Monterrey.

Publicaciones

Sus primeros versos publicados aparecieron en las revistas, Alor, Alcántara, Anaconda, Gévora, Caracola de Málaga y Malvarrosa de Valencia. Pronto comenzó a publicar con regularidad, bajo la admiración que sentía por Bécquer y Alberti.

Surrealismo

Su espíritu insatisfecho le impulsó a iniciar empresas nuevas, y con esa intención participó en las modas vanguardistas, como el Surrealismo. Más que expresar la vida consciente, procuraban expresar la vida del subconsciente y de los sueños. Así escribió: “El surco de la sangre” (1953) y “Sobre la piel de una lágrima” (1957).
Los contenidos temáticos de Sobre la piel de una lágrima, están vinculados al hombre, tanto en su dimensión trascendente y terrenal, como personal y social.
La pena es contemplada ya como sentimiento poético. La pena no sólo afectará al poeta sino al mundo rural, al campesino extremeño, acosado por el hambre y la deshumanización.

Tierra dormida

En la década de 1960 murió su amigo Manuel Monterrey, el viejo poeta modernista, y Álvarez Lencero, para desahogar la melancolía, compuso una dolorida elegía, “Tierra dormida” (1969).

Estancia en Alemania

Durante la década de 1960, trabajó como emigrante en Alemania y esa experiencia debió de acentuar sus preocupaciones sociales por el conocimiento que allí tuvo de las malas condiciones laborales de los obreros españoles que allí trabajaban. Aquello tuvo que incentivar unas inquietudes sociales que aparecieron en su libro “Hombre” y que culminaron en “Juan Pueblo” (1971).
En estos libros quedaron reflejadas las circunstancias tan particulares que vivió la España de la posguerra: hambre, miseria, así como la falta de libertad, la opresión que ejercían los patronos, el paro… Las estrofas de Juan Pueblo se suceden alrededor del hombre, como ente social, en convivencia y antagonismo con los otros. Con la intención de dar testimonio, de clamar por la libertad, muchos versos del libro van dirigidos al “tú” o al “vosotros” de la colectividad.

Enfermedad y muerte

Hacia 1973 cayó gravemente enfermo de una enfermedad pulmonar y fue entonces, paradójicamente, a medida que se agotaban sus fuerzas, cuando su voz, depurada por el dolor y la pena, adquirió su timbre más vigoroso, más personal, con esa vuelta definitiva que operó el poeta hacia su propio silencio: la soledad, la pena, la muerte, Dios, el destino… asomaron con fatal determinación en “Canciones en carne viva” (1973), “Poemas para hablar con Dios” (1982) y “Humano” (1982).
Ahora, más que nunca, la expresión es directa, llana, sentida, y enraizada en el corazón del hombre. Con más galanura que en ningún otro libro, el verbo permite acceder al fondo de las emociones. Murió en Mérida en 1983.



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