domingo, 20 de enero de 2019

El Brocense





Francisco Sánchez de las Brozas, apodado  El Brocense, humanista y catedrático. Nació en Brozas (Cáceres) hacia 1523 y murió en Valladolid en 1600 a los 77 años de edad aproximadamente.
Ha sido considerado uno de los más ilustres gramáticos españoles.

Familia

Sus padres eran hidalgos de poco dinero. Siendo estudiante se casó con Ana Ruiz del Peso, con la que tuvo seis hijos; enviudó a los 32 años y se casó de nuevo con una cuñada y tuvo otros seis hijos.

Formación

El Brocense inició su educación literaria en Portugal, bajo los auspicios de un tío suyo, que era capellán y limosnero de la Infanta Doña Catalina, hermana del Emperador Carlos V y esposa del Rey de Portugal Juan III. En Évora primero y más tarde en Lisboa, hizo sus primeros estudios de Latín y Humanidades.
Años más tarde en 1545 se trasladó a Salamanca donde prosiguió sus estudios de Artes y Teología y en 1551 obtuvo el Bachiller en Artes (Filosofía).

Servicio en la corte portuguesa

Su primer trabajo fue al servicio de los Reyes de Portugal. Cuando se produjo el casamiento de la Infanta Dª María con el Príncipe de Asturias D. Felipe, El Brocense formó parte de la comitiva que llevó la princesa a Salamanca, donde se celebró la boda el 13 de febrero de 1543. Cuando murió la Infanta en 12 de julio de 1545, El Brocense dejó la vida palaciega.

Docencia

Estando ya en Salamanca y debido a la familia tan numerosa que creó; sufrió grandes estrecheces económicas a lo largo de su vida y tuvo que empezar a trabajar impartiendo clases particulares de latín forma intensa.
En 1573 obtuvo la cátedra de Retórica  en la universidad de Salamanca , tras un intento fallido en 1554. En 1576 obtuvo por oposición el Partido o Salario de Griego con un salario más sustancioso, pero jamás consiguió la cátedra de Gramática, a la que opositó en dos ocasiones.

Problemas con la Inquisición
En 1584, fue víctima del primer proceso que la Inquisición le abrió . El Consejo de la Suprema lo declaró inocente ordenando que sólo fuera reprendido y advertido, expresado en estos términos: “en adelante hable con mucho recato y consideración, de manera que no dé ocasión de escándalo a las personas con quien tratare, con apercibimiento, que haciendo lo contrario será castigado con todo rigor. Y hecho esto se le dará licencia para que vuelva a su casa”.
Siendo ya anciano, en 1595, volvió a ser procesado por la Inquisición que seguía dudando de la ortodoxia de sus enseñanzas. Molestaban sobre todo sus críticas a la calidad de las traducciones latinas de La Biblia y los evangelios.
Fueron principalmente tres obras de El Brocense las que molestaban sobre todas las suyas a la Inquisición: De nonnullis Porphyirii erroribus; Organum dialecticum et rhetoricum y Paradoxa
Su segundo proceso se paralizó con su muerte y no se emitió sentencia. El Brocense murió el 5 de diciembre de 1600 a los 77 años de edad en arresto domiciliario impuesto por la Inquisición.

Rebeldía

El Brocense fue un rebelde activo: se revelaba contra cualquier imposición que considerara irracional, contra el conformismo y contra el adocenamiento. No quería reconocer más autoridad que la razón. Esta rebeldía la expresa formalmente en uno de los textos más citados del Brocense el prólogo Ad suos auditores del tratado De nonnullis Porphyrii erroribus, donde establecía como primera causa de la corrupción de la enseñanza y de la cultura el principio, asentado desde siglos atrás en las escuelas, de que el alumno debe creer con los ojos cerrados a sus maestros (oportet addiscentem credere). El Brocense afirmaba que no había que creer a los maestros porque sí, sino sólo cuando den explicaciones racionales. En su justificación decía que en su juventud “muchas veces estuve en desacuerdo con mis maestros”. Esto le parecía a la Inquisición “doctrina desatinada, temeraria y perniciosa”.
El Brocense era enemigo de formulismos, hostil a los sectarios de la ortodoxia social, sin reverencias a las formas intangibles y a los reverendos maestros ... con imprudencias notorias, que nacían de su fuerza temperamental y de su llaneza y sencillez, que le elevaba sobre la mentalidad mediocre y adocenada de sus colegas”.

Obra literaria

Las ideas de El Brocense alcanzaron importancia en la reforma de los estudios clásicos siendo a mediados del siglo XVI, análoga a la de Antonio de Nebrija  de comienzos del siglo, como se muestra en su Arte para saber latín(1595), en el Grammaticae graecae compendium (1581) y sobre todo en Verae brevesque latinae institutiones (1587), donde corrige el método de Nebrija.

La Minerva

En 1587 publicó su obra clave, La Minerva, que trata sobre la gramática téorica, considerada la primera de este tipo aparecida en el Sur de Europa, una gramática del latín que en sus cuatro libros o secciones (estudio de las partes de la oración, del nombre, del verbo y de las figuras), supone un intento inédito para someter el estudio de la lengua a la razón. La Minerva tuvo gran éxito y conoció quince ediciones hasta 1761.

Renovación gramatical

En oposición a los primeros gramáticos del Humanismo (Lorenzo Valla, Antonio de Nebrija) que escribieron gramáticas normativas fundadas en el usus scribendi de los autores antiguos, El Broceño puso como piedra angular de su sistema gramatical la ratio: no quiere reconocer otra autoridad que no sea la razón y llevó hasta sus últimas consecuencias la lógica del estudio gramatical.
Se obsesionó por encajarlo todo en esquemas racionales, dando un papel muy importante en su interpretación gramatical a la elipsis, instrumento esencial de su sistema. En esa búsqueda de esquemas racionales trasciende las fronteras de la lengua latina, para llegar incluso a intuir una gramática general que todas las lenguas llevan implícita.
Fueron sus teorías un hito importante para la Gramática de Port Royal y para la Gramática generativa de Noam Chomsky.

Otras publicaciones

Publicó traducciones de las Bucólicas de Virgilio (1591), de algunas obras de Ovidio, de las Sátiras de Persio y el Arte poética de Horacio, y de Horacio y del Canzoniere de Francesco Petrarca. Publicó  comentarios a las obras de Juan de Mena y Garcilaso de la Vega . Escribió también gran número de poesías y escolios en latín.

Estilo

Su concepto de la belleza literaria es sobre todo formal, como desvela en sus tratados retóricos. Fue partidario de Erasmo de Rotterdam y en sus obras científicas demuestra la inclinación enciclopédica propia del Humanismo, como en Declaración y uso del reloj español (1549), Pomponii Melae de situ orbis (1574) o Sphera mundi ex varies auctoribus concinnata (1579).


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