Francisco
Sánchez de las Brozas,
apodado El
Brocense,
humanista y catedrático. Nació en Brozas (Cáceres) hacia 1523 y
murió en Valladolid en 1600 a los 77 años de edad aproximadamente.
Ha
sido considerado uno de los más ilustres gramáticos españoles.
Familia
Sus
padres eran hidalgos de poco dinero. Siendo estudiante se casó con
Ana Ruiz del Peso, con la que tuvo seis hijos; enviudó a los 32
años y se casó de nuevo con una cuñada y tuvo otros seis hijos.
Formación
El
Brocense inició su educación literaria en Portugal, bajo los
auspicios de un tío suyo, que era capellán y limosnero de la
Infanta Doña Catalina, hermana del Emperador Carlos V y esposa del
Rey de Portugal Juan III. En Évora primero y más tarde en Lisboa,
hizo sus primeros estudios de Latín y Humanidades.
Años
más tarde en 1545 se trasladó a Salamanca donde prosiguió sus
estudios de Artes y Teología y en 1551 obtuvo el Bachiller en Artes
(Filosofía).
Servicio
en la corte portuguesa
Su
primer trabajo fue al servicio de los Reyes de Portugal. Cuando se
produjo el casamiento de la Infanta Dª María con el Príncipe de
Asturias D. Felipe, El Brocense formó parte de la comitiva que
llevó la princesa a Salamanca, donde se celebró la boda el 13 de
febrero de 1543. Cuando murió la Infanta en 12 de julio de 1545, El
Brocense dejó la vida palaciega.
Docencia
Estando
ya en Salamanca y debido a la familia tan numerosa que creó; sufrió
grandes estrecheces económicas a lo largo de su vida y tuvo que
empezar a trabajar impartiendo clases particulares de latín
forma intensa.
En
1573 obtuvo la cátedra de Retórica en la universidad de
Salamanca , tras un intento fallido en 1554. En 1576 obtuvo por
oposición el Partido o Salario de Griego con un salario más
sustancioso, pero jamás consiguió la cátedra de Gramática, a la
que opositó en dos ocasiones.
Problemas
con la Inquisición
En
1584, fue víctima del primer proceso que la Inquisición le abrió .
El Consejo de la Suprema lo declaró inocente ordenando que sólo
fuera reprendido y advertido, expresado en estos términos: “en
adelante hable con mucho recato y consideración, de manera que no dé
ocasión de escándalo a las personas con quien tratare, con
apercibimiento, que haciendo lo contrario será castigado con todo
rigor. Y hecho esto se le dará licencia para que vuelva a su casa”.
Siendo
ya anciano, en 1595, volvió a ser procesado por la Inquisición que
seguía dudando de la ortodoxia de sus enseñanzas. Molestaban sobre
todo sus críticas a la calidad de las traducciones latinas de La
Biblia y los evangelios.
Fueron
principalmente tres obras de El Brocense las que molestaban sobre
todas las suyas a la Inquisición: De
nonnullis Porphyirii erroribus;
Organum
dialecticum et rhetoricum
y Paradoxa
Su
segundo proceso se paralizó con su muerte y no se emitió sentencia.
El Brocense murió el 5 de diciembre de 1600 a los 77 años de edad
en arresto domiciliario impuesto por la Inquisición.
Rebeldía
El
Brocense fue un rebelde activo: se revelaba contra cualquier
imposición que considerara irracional, contra el conformismo y
contra el adocenamiento. No quería reconocer más autoridad que la
razón. Esta rebeldía la expresa formalmente en uno de los textos
más citados del Brocense el prólogo Ad
suos auditores del tratado De nonnullis Porphyrii
erroribus,
donde establecía como primera causa de la corrupción de la
enseñanza y de la cultura el principio, asentado desde siglos atrás
en las escuelas, de que el alumno debe creer con los ojos cerrados a
sus maestros (oportet addiscentem credere). El Brocense afirmaba que
no había que creer a los maestros porque sí, sino sólo cuando den
explicaciones racionales. En su justificación decía que en su
juventud “muchas veces estuve en desacuerdo con mis maestros”.
Esto le parecía a la Inquisición “doctrina desatinada, temeraria
y perniciosa”.
El
Brocense era enemigo de formulismos, hostil a los sectarios de la
ortodoxia social, sin reverencias a las formas intangibles y a los
reverendos maestros ... con imprudencias notorias, que nacían de su
fuerza temperamental y de su llaneza y sencillez, que le elevaba
sobre la mentalidad mediocre y adocenada de sus colegas”.
Obra
literaria
Las
ideas de El Brocense alcanzaron importancia en la reforma de los
estudios clásicos siendo a mediados del siglo XVI, análoga a la
de Antonio de Nebrija de comienzos del siglo, como se
muestra en su Arte
para saber latín(1595),
en el Grammaticae
graecae compendium (1581)
y sobre todo en Verae
brevesque latinae institutiones (1587),
donde corrige el método de Nebrija.
La
Minerva
En
1587 publicó su obra clave, La
Minerva,
que trata sobre la gramática téorica, considerada la primera de
este tipo aparecida en el Sur de Europa, una gramática del latín
que en sus cuatro libros o secciones (estudio de las partes de la
oración, del nombre, del verbo y de las figuras), supone un intento
inédito para someter el estudio de la lengua a la razón.
La Minerva tuvo gran éxito y conoció quince ediciones
hasta 1761.
Renovación
gramatical
En
oposición a los primeros gramáticos del Humanismo (Lorenzo
Valla, Antonio de Nebrija) que escribieron gramáticas
normativas fundadas en el usus
scribendi de
los autores antiguos, El Broceño puso como piedra angular de su
sistema gramatical la ratio:
no quiere reconocer otra autoridad que no sea la razón y llevó
hasta sus últimas consecuencias la lógica del estudio gramatical.
Se
obsesionó por encajarlo todo en esquemas racionales, dando un papel
muy importante en su interpretación gramatical a la elipsis,
instrumento esencial de su sistema. En esa búsqueda de esquemas
racionales trasciende las fronteras de la lengua latina, para llegar
incluso a intuir una gramática general que todas las
lenguas llevan implícita.
Fueron
sus teorías un hito importante para la Gramática de Port
Royal y para la Gramática generativa de Noam Chomsky.
Otras
publicaciones
Publicó
traducciones de las Bucólicas de Virgilio (1591),
de algunas obras de Ovidio, de las Sátiras de Persio y
el Arte poética de Horacio, y de Horacio y
del Canzoniere de Francesco Petrarca. Publicó
comentarios a las obras de Juan de Mena y Garcilaso
de la Vega . Escribió también gran número de poesías y
escolios en latín.
Estilo
Su
concepto de la belleza literaria es sobre todo formal, como desvela
en sus tratados retóricos. Fue partidario de Erasmo de
Rotterdam y en sus obras científicas demuestra la inclinación
enciclopédica propia del Humanismo, como en Declaración y
uso del reloj español (1549), Pomponii Melae de situ
orbis (1574) o Sphera mundi ex varies auctoribus
concinnata (1579).
Autor: Feliciano Robles
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