Delfín Hernández Hernández, el insigne médico y escritor, nació en Cuacos de Yuste, (Cáceres), en el año 1932. Su vida se tejió con los hilos de la medicina, la cultura y un profundo compromiso social que lo hicieron merecedor de la prestigiosa Medalla de Extremadura en 2012, un tributo a su labor sobresaliente en estos campos y su destacada participación en obras de naturaleza social.
Familia Sus raíces se anclan en una familia humilde, y él mismo construyó un sólido legado al convertirse en padre de cuatro hijos.
Formación A los ocho años, su destino parecía llevarlo al Seminario de Salamanca para cursar el bachillerato, la única senda disponible para los niños de escasos recursos en aquellos tiempos. Sin embargo, su pasión y determinación por ser médico se manifestaron con firmeza en una entrevista, lo que le impidió ingresar en el Seminario. Regresó a su pueblo natal y continuó su educación en el colegio de San Antonio. Tras aprobar la reválida de bachillerato, emprendió su travesía académica en la Universidad de Salamanca, donde inició sus estudios de Medicina. Más adelante, en el tercer año de carrera, se trasladó a la Universidad de Sevilla, culminando finalmente su formación en la Universidad de Cádiz. Su servicio militar le llevó al Hospital Militar Gómez Ulla de Madrid, donde se especializó en pediatría y medicina interna.
Carrera profesional El inicio de su carrera como médico lo vio desempeñándose en diversas localidades cacereñas como médico rural. No obstante, su verdadero legado comenzó a forjarse en 1975, cuando llegó al Hospital San Pedro de Alcántara como especialista en medicina interna, donde permaneció hasta su jubilación. Además de su compromiso con la medicina, Delfín también ejerció como alcalde de Cuacos.
Filosofía vital Delfín Hernández Hernández, en sus propias palabras, compartió una filosofía de vida única: "Tengo una filosofía muy rara de la vida. Pienso que uno se construye la vida con lo que le dan y he recibido mucho más de lo que he dado". Su convicción era clara: compartía su riqueza interior con generosidad y dedicaba su vida a ayudar a los demás.
Compromiso social Tras su jubilación, su pasión humanitaria y su compromiso social le condujeron a presidir la delegación de la Asociación Española Contra el Cáncer en la provincia de Cáceres en 1999, un puesto que ocupó durante 13 años, continuando su labor en la atención a los más vulnerables.
Publicaciones Delfín Hernández Hernández dejó un legado literario que incluye una decena de libros. Entre ellos, destaca un volumen dedicado a sus vivencias como médico rural y otros que exploran temas relacionados con la pintoresca comarca cacereña de La Vera.
Asociaciones culturales Además de sus contribuciones en el ámbito médico y literario, Delfín fue cofundador de la Real Asociación de Caballeros de Yuste y promotor de la asociación de vecinos La Madrila, así como de la asociación cultural Amigos de la Vera, demostrando su amor por la cultura y su comunidad.
Aficiones La música y la historia ocuparon un lugar especial en el corazón de Delfín Hernández Hernández. Su pasión por la música se expresaba a través de la interpretación del acordeón, la guitarra, el piano y el laúd. La historia también ocupó un espacio relevante en su vida, donde exploró y compartió conocimientos sobre el pasado.
Reconocimientos honoríficos Los numerosos reconocimientos que adornaron su vida son testimonio de su incansable labor y su contribución al bienestar de la sociedad. Medalla de Extremadura en 2012,
Medalla al Mérito del Colegio de Médicos de Cáceres,
Hijo Adoptivo de Tejeda del Tiétar,
Botón de Oro del Colegio Oficial de Médicos de Cáceres
Premio Valores Extremeños otorgado por la Asociación Cultural Amigos de la Estatua de Gabriel y Galán, de Cáceres.
Su legado perdurará como un faro de inspiración para las generaciones futuras, recordándonos que la dedicación a la medicina, la cultura y el servicio a los demás pueden dejar una huella imborrable en la historia de una comunidad.
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